Hace poco leía las notas de un antiguo Blogger en una
página web que comentaban cuáles debían ser las características propias que hacen del grunger
un grunger de verdad en pleno siglo XXI. Él, sin descuidar su lenguaje “soez”,
decía que éste debe tener rasgos particulares en su modo de vestir que deben ir incorporados en su vestimenta matutina como las camisas a cuadros, los pantalones rotos, las
botas Dr. Martens o Converse y accesorios de franela que buscaran combinar
extremos opuestos. Por otro lado recomienda comprar la ropa en las tiendas de
remate, específica NO hacer esfuerzo alguno en organizar tú cabello bajo
ninguna circunstancia y además te pide “escuchar la música apropiada”,
detallando con fuentes qué bandas debes y no oír. Para él, ese el grunger de
verdad, los demás “sobran”…
Y bueno, según esta evaluación, entiendo
que la mayoría (incluido yo) hemos defraudado a kurt Cobain. En mi caso porque
he usado traje de paño, bailado en las farras de Jorge Veloza en la Media Torta, “rumbeado” en la Zona T de Bogotá en Armando Records, gastando más 2.50.000
pesos en una botella de Old Parr, comprado mi ropa en Pat Primo y en el peor de
los destinos, escuchado post–grunge, acomodándome de paso con la música de Oasis,
el inquisidor del Grunge.
Es inevitable reír un momento,
retomar la lectura, y reír de nuevo al leer cómo nuestros camaradas nos
encasillamos en una burbuja de jabón sencillamente porque “no creemos” en el
sistema, alabándonos de paso como dueños de la verdad que generalmente esconde
el mundo decadente de los incautos que no oyen Nirvana “como debería ser”. NO
colegas, no caigamos en el juego de la clasificación de las especies
suburbanas: los grunger somos más que una simple palabra o una mera camisa a
cuadros: somos libres pensadores.
Pero muchos dirán: ¿a qué se
refiere Don Diego cuando habla de libres pensadores? El concepto del libre
pensador tiene varias connotaciones filosóficas que, según nuestro contexto, nos
motiva a opinar de manera diferente y nos obliga a ver el mundo
bajo una realidad absoluta, construyéndose así desde nuestro ser lo que
creemos que ha sido, es y será el universo que nos cobija. En pocas palabras, es un estado superior del pensamiento humano que alerta desde su conciencia los problemas contemporáneos de nuestro tiempo. Es un estado el cual el grunger,
en realidad, no está tan alejado de entender.
Ahora ¿por qué el grunger es un
libre pensador? Para demostrarlo, haré un listado lo más masticado posible con
sus respectivos argumentos para que vos, querido lector, me digas qué tan de
acuerdo estás con cada uno de los puntos expuestos, empecemos:
1.
El grunger no se preocupa por la ropa de usa o
usará. No le importa si usa camisa a cuadros y NO busca pertenecer a un género
particular: sólo se preocupa por ser él y vivir como él quiere sin que la
sociedad lo etiquete como un atún en la hielera. Sale con quien quiera y se
divierte en lugares donde el grunger normal, se supone, no debería estar como
conciertos de vallenato o reguetón. Él sabe quién es, y no deja que el medio
que lo rodea lo enoje, transforme o aburra.
2. El grunger se peina y compra la ropa que se le da gana. Sabe muy
bien qué le gusta. De hecho tiene pensamiento crítico para pensar que el mundo
tiene muchas más cosas que ofrecerle sin la necesidad de perder su identidad
exterior.
3. El grunger OYE de todo. Tiene
buen oído para identificar una buena Salsa o una letra de Meregue. Le gusta
bailar y, si no le gusta, también está bien. Oye Peral Jam en su reproductor de
música y mínimo tendrá en su repertorio una que otra canción de Techno escondida
por ahí que le mueve el piso (en teoría).
4. El grunger no le importa en lo absoluto el lugar de socialización que
comparte con sus amigos. Puede estar tomando caviar acompañado por su jefe en
la Calle 85 en Bogotá y al otro día podrá estar comiendo empanadas donde Doña
Magola con la novia y tomando cerveza en lata en la Plaza de Lourdes en una
banca cualquiera. Sabe que la vida no se trata de vivirla, sino de disfrutarla
con las personas con las que realmente quiere estar en el momento oportuno sin
importar el lugar.
6. El grunger es libre de dar su opinión, y no le importa si es
escuchada o no. En este caso cuando opina, siente que hizo su trabajo de
existir en el mundo.
7. El grunger puede ser ateo. Piensa que la religión es sólo un
instrumento de símbolos y signos encargados de regular el orden social. Por otro lado es tolerante y respeta toda diferencia ya que sabe de antemano que la
realidad de su prójimo es diferente a la suya, razón por la cual no busca
cambiar mentalidades sino entenderlas.
8. El grunger colombiano conoce su historia y raíces de origen. Sabe
muy bien que su contexto es totalmente distinto al que vivieron los grunger
estadounidenses en los años 90’s, por eso se contextualiza en los hechos que
han formado si círculo social y toma posiciones críticas ante lo que él
considera repudiable, improductivo y mal hecho en la misma.
9. El grunger se despega no sólo
de lo material, también de lo que considera perjudicial para él: una mala
relación de pareja, un trabajo mediocre, malos amigos etc… el libre pensador,
como el grunger, no permite que nada ni nadie lo ate a lugares donde no quiere
estar.
10.Por último, y muy importante, el grunger no copia lo que hace y
dice otro grunger. Solamente mira a su amigo grunger como un ser humano que
comparte tus gustos musicales e ideología de vida, teniendo presente que eso
los hace similares más no idénticos.
Un grunger es un libre pensador, como lo expresó en su momento Kurt; eso
recurre en una ventaja argumentativa para ti, no la desaproveches. No obstante, no consideres al Grunge como un género que está por encima de otros, considéralo
como un medio que te permite a través de su filosofía pensar de manera
diferente ante otras posturas del mundo.
No sigas lo que otros dijeron: lamentarse por el mal futuro y auto flagelarse con un látigo la espalda
porque te consideras una “escoria andante” quedó en el pasado. Recuerda que tu
contexto es otro y, que en definitiva, no debe y deberá tener los mismos
problemas que tuvieron los gringos de Seattle en su momento. Tú y tu vida
obviamente son distintas, déjalos a ellos allá con su depresión (Que en realidad
no es represión, sino unas ganas imperiosas de los malos fanáticos por copiar
hasta los problemas mentales que tuvo Kurt Cobain en vida).
Salgo del concepto teórico y vuelvo
en sí diciendo “Éste es el verdadero grunger del siglo XXI carachas”. De hecho,
miro hacia el techo y recuerdo una historia propia que contaré a continuación:
Vacilaba por la calle del Séptimazo
en Bogotá y, en un momento exacto, veo a unos artistas interpretando -Para No
Olvidar- de Los Rodríguez, así que me
detengo a escuchar lo bien que dilucidan la canción e inmediatamente empiezo a
mover los pies como si tuviera ganas de bailar. Una vez finalizada la misma y después
del aplauso popular los músicos piden al público escoger la próxima canción.
Yo, al oír la propuesta, les grito “saquen Would de Alice in Chains” a lo que
el vocalista con una sonrisa me responde:
-
La conozco, pero en realidad quisiéramos sacar
algo más ameno para el público
-
Bueno, ¿y qué es más ameno para ustedes?
-
Algo de Enanitos Verdes por ejemplo
-
Listo, entonces saquen Igual Que Ayer de
Enanitos Verdes
El vocalista hace una
respuesta de aceptación y empiezan a interpretar la canción. Él, al igual que
yo, sabíamos que Alice in Chains es: Alice In Chains, pero también entendimos que
Enanitos Verdes no se queda atrás como banda insignia del Rock en Español (y
por supuesto, porque el momento no daba para sacar Would en público). Todo finalizó,
y cuando iba de camino a casa entendí que aquel momento no podía ser más Grunge,
ya que los músicos y yo entendimos que era mejor guardar para nosotros, los
conocedores de la buena música, los temas musicales que son realmente buenos y dignos de admirar para un gurnger. (O
simple, no conocían la canción y dijeron cualquier cosa, quién sabe…)
Por último, estoy seguro que Kurt
Cobain y compañía hubiesen querido ver en sus respectivos fanáticos la libertad
del libre pensador que yo profetizo entre líneas. Cris Cornell, Eddie Vedder, Layne
Staley, Mark Lanegan, etc… sabían y saben que la esencia del grunger consiste en
trasmitir la libertad absoluta de hacer
lo que quieras y disfrutar de lo que más amas bajo tu libre albedrío. Sigo pensando
que la idea no era copiar todo lo que los artistas decían y hacían como muchos
hacen, (inclusive copian su estilo de morir el cual aplicaron algunos seguidores de Kurt) sino apropiar sus letras de protesta y sus ánimos por forjar
un mundo más permisivo alejado de toda onda material. Ese libre pensador, para
mí, es lo que hace al verdadero grunger.
Te invito a que debes tus
opiniones al respecto sobre cómo consideras tú que debería ser la vida del
grunger del siglo XXI.
Mil felicidades Diego. No conozco los orígenes, ni el contexto, ni la música -que algo he oído por casualidad- pero la nota es exquisita. Ánimo y espero en otro momento compartir contigo.
ResponderBorrar¡Saludos!
Gracias Fabian por tu comentario.
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